En la zona de estar, un sofá en rincón, tapizado en tela de algodón color crudo crea un acogedor espacio delante de la chimenea y una butaca de lectura tapizada en piel, junto con las alfombras, confieren al conjunto una hogareña calidez.

Esta cocina de reducidas dimensiones, situada en una esquina del apartamento, ocupa los tres lados de un rectángulo, mientras el cuarto lado se abre hacia el salón. La iluminación consta de una ventana, ya existente, así como de dos nuevas claraboyas abiertas en el techo abuhardillado y un foco colocado junto a la zona de aguas. El material porcelánico color piedra de la encimera, donde se integra un fregadero de granito sintético, confiere a la zona de trabajo un aspecto a la vez diáfano y robusto.

Haciendo de la limitación del espacio virtud, en el área de cocción se optó por un extractor de superficie que permite eliminar el obstáculo visual de la campana extractora. Todo el mobiliario bulthaup de la cocina, donde se integran los electrodomésticos y las zonas de almacenaje, con sus frontales de roble aserrado gris natural con tirador oculto, se integra a la perfección con la mesa de comedor de madera maciza con una base en metal lacado en color negro.