En el corazón de Andorra la Vella, una familia, asesorada por bulthaup triedre, ha convertido una cocina b3 en el centro de su hogar. La nueva configuración del apartamento, situado en el casco viejo de la población y con una distribución original anticuada, supuso un importante reto a la hora de responder a los deseos de los clientes de crear un espacio fluido que articulara la zona de convivencia de la casa —un reto que los especialistas de bulthaup Andorra resolvieron con maestría.
Una amplia isla de cocción, complementada por una barra en roble natural, articula el encaje con el resto de un espacio diáfano de líneas claras que combina tonos de blanco, gris y madera. Ante la isla, cerrando el espacio, una serie de grandes ventanas rectangulares recogen generosamente la luz natural.
Si bien la vivienda está habitada solo por la pareja —los hijos, ya mayores, viven fuera de la casa—, se trata del punto de encuentro de las distintas generaciones que comparten, entre muchos otros lazos, el gusto por la cocina. A menudo, los fines de semana se llegan a reunir en la casa paterna más de diez personas. Respondiendo a la máxima de bulthaup de que los mejores momentos son aquellos pasados con los seres queridos preparando y degustando juntos una buena comida, el espacio de la cocina se articula armónica y naturalmente con el comedor y la zona de estar creando un continuo donde compartir la alegría de la vida familiar.