Los orígenes de la extraordinaria aventura empresarial y creativa de la marca bulthaup se remontan a 1949, cuando Martin Bulthaup fundó la «Fábrica de muebles Martin Bulthaup», en plena época de reconstrucción alemana después de la Segunda Guerra Mundial. Bulthaup empezó produciendo aparadores de cocina que, respondiendo a las máximas exigencias de acabado y calidad de materiales, trataban de rescatar la cocina de su destierro como lugar de trabajo de la mujer para convertirla de nuevo en un espacio para la convivencia familiar.
En la década de los ochenta, asumió la dirección de la empresa el recientemente fallecido Gerd Bulthaup, hijo del fundador, y fue bajo su mandato que bulthaup dio el salto cualitativo que la convertiría en líder indiscutible del sector de cocinas premium. Gerd Bulthaup, un apasionado de la arquitectura, la filosofía de Bauhaus y el diseño intemporal, se asoció con el diseñador Otl Aicher para analizar el acto de cocinar y determinar sus factores culturales, ergonómicos y funcionales. El resultado de este trabajo cristalizaría en el libro ya clásico de Aicher titulado La cocina para cocinar.
La colaboración de estos dos visionarios propició desarrollos tan innovadores en bulthaup como el sistema b, presentado en 1984 -un sistema de cocinas basado en una reevaluación del trabajo en la cocina y cuya cualidad básica era la ergonomía- y el banco de trabajo KWB, de 1988 -una unidad funcional independiente que reunía todas las áreas de trabajo esenciales en un solo elemento de diseño ergonómico.
En la década de los noventa, bulthaup, siempre atenta a los hábitos cambiantes de una sociedad cada vez más marcada por su carácter nómada y la revolución digital, lanzó los sistemas 25 y 20, en los que flexibilidad, funcionalidad y domesticidad no son valores contrapuestos sino complementarios, consolidando así la marca como sinónimo de innovación y calidad.
Desde los aparadores de cocina de los años 50 hasta las actuales líneas b3, b2, b1 y b Solitaire, todos los productos bulthaup conjugan el amor por el detalle, la funcionalidad y las líneas claras con la pasión por la perfección artesanal y los mejores materiales. Con el concepto de "autenticidad de los materiales", el fundador Martin Bulthaup estableció un elemento clave de la filosofía de la empresa que sigue vigente hoy y aporta su sello característico a cada cocina bulthaup.