El pasado 8 de marzo, una cincuentena de personas, entre las que se contaban prestigiosos profesionales del mundo de la arquitectura, el interiorismo, el periodismo y la comunicación, se reunió en el espacio Bornay, ubicado en el corazón del barrio de Sants de Barcelona. Habían sido convocadas para asistir a la presentación oficial en Iberia de la última aportación de bulthaup a la reinterpretación de la vida doméstica en el siglo XXI.
Una solitaria banderola de bulthaup colgada de la fachada de un viejo edificio fabril señalaba el lugar del encuentro. La sorpresa entre los invitados fue mayúscula cuando, tras la anodina fachada, descubrieron un singular montaje de mobiliario b Solitaire al que servía de marco la antigua fábrica decimonónica.
En la gran nave de paredes y arcos de ladrillo antiguo, con viguería de madera, un techo traslúcido a modo de gran lucernario y un suelo de tierra apisonada, se desplegaba una fila de seis mesas b Solitaire, en las que la ausencia de manteles ponía de relieve los acabados y la extraordinaria calidad de la madera de roble, flanqueadas por sus correspondientes bancos y almohadillas de piel natural. A su alrededor, un conjunto de elementos b Solitaire, vitrinas y estanterías habitadas por objetos heterogéneos: una colección de cámaras fotográficas antiguas, un mueble bar o el equipo del DJ, junto a una vegetación exuberante, acababan de componer un ambiente que recordaba una gran mesa comunal sacada de una pintura holandesa del siglo XVI.
Mientras tomaban una copa de bienvenida, los convidados intercambiaban noticias y formaban corrillos; muchos, móvil en mano, fotografiaban el original conjunto en el que se encontraban.
Acabados los aperitivos, el director ejecutivo de Bulthaup, Marc O. Eckert Bulthaup, nieto del fundador de la compañía, presentó la nueva generación de mobiliario de bulthaup, los b Solitaire. El señor Eckert hizo una apasionada apología de la idea que siempre ha inspirado a la marca: las personas y su necesidad de sociabilidad. Destacó también la gran flexibilidad del nuevo mobiliario que, por una parte, da alas a la creatividad individual y, por la otra, permite traspasar las fronteras de la cocina.
En este ambiente de relajada sociabilidad, el jovial chef Nandu Jubany, merecedor de una estrella Michelin, sirvió un menú de esencias mediterráneas. Los vinos de la Terra Alta y el Montsant invitaban a la complicidad, las conversaciones cruzadas y las exclamaciones apreciativas por la comida. Toda una experiencia sensorial.
Fue así como los participantes del encuentro pudieron experimentar de primera mano la filosofía que inspira los b Solitaire, su idea fuerza de que los mejores momentos son aquellos que compartimos en comunidad alrededor de una mesa, disfrutando de una magnífica comida y de una conversación estimulante.
Al acabar la presentación, los invitados recibieron una bolsa bulthaup que contenía el libro bulthaup b Solitaire y una tillandsia delicadamente envuelta. Una etiqueta escrita a mano, resumía el espíritu abierto a la creatividad de los b Solitaire: "Pensamientos danzando en el aire".